Con el objetivo de contextualizar regionalmente la situación de los repositorios, les presentamos una breve síntesis de su estado en Argentina y América Latina. Para este análisis se empleó el registro de repositorios de acceso abierto ROAR de la Universidad de Southampton. El ROAR contiene el mayor número de repositorios de la región; sus repositorios deben ser registrados para figurar en este directorio. En el ROAR la mayoría de los repositorios indizados son compatibles con el protocolo OAI – Open Archives Initiative y contiene también revistas de acceso abierto en forma individual o bibliotecas digitales de revistas. Según el número de repositorios listados en el ROAR los países de América Latina se puede ordenar de la siguiente forma: Brasil – 56, México – 8, Perú -7, Colombia – 6, Venezuela – 5, Chile – 3, Costa Rica – 3, Argentina – 2, Uruguay -1, Ecuador – 1, Cuba – 1.
A simple vista se puede ver la supremacía de Brasil, diferenciándose lejos del segundo puesto que ocupa México, y el resto de los países. Brasil muestra así su nivel de compromiso y liderazgo en el acceso abierto en la región. Argentina cuenta con 2 registros, un repositorio llamada “Cartapacio”, que alberga las publicaciones de la Escuela Superior de Derecho de la Universidad Nacional del Centro, y SCIELO Argentina, que a la fecha cuenta con 33 títulos. En el análisis están representadas las revistas de acceso abierto pero no los repositorios institucionales. Si bien, en Argentina existen 5 repositorios y/o bibliotecas digitales que no figuran en los directorios internacionales, la Universidad Nacional de La Plata cuenta con dos: el SeDiCi (Servicio de Difusión de la Creación Intelectual) y Memoria Académica, que contienen más de 1000 documentos.
A su vez, la Universidad Nacional de Cuyo también posee 2, la Biblioteca Digital con aproximadamente 1000 objetos digitales, y el repositorio de Tesis del Instituto Balseiro, este último es parte también de la Comisión Nacional de Energía Atómica. La Universidad Nacional del Sur, posee un repositorio de tesis no muy numeroso y aún en etapa de prueba. Señalamos dentro de Argentina también a la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO con más de 9200 textos completos, porque la coordinación de la red esta situada físicamente en Argentina. Respecto a los programas utilizados, la red de CLACSO y Memoria Académica de la UNLP, funcionan con Greenstone, SEDICI y la Universidad de Cuyo han desarrollado programas propios, los repositorios de tesis de la Universidad Nacional del Sur y el Instituto Balseiro trabajan con TEDE. Las revistas abiertas que figuran en ROAR, SCIELO Argentina funciona con la pataforma del mismo nombre y la Universidad Nacional del Centro optó por el Open Journal Systems, sistema canadiense muy utilizado en el ámbito de las revistas abiertas.
Se puede advertir que dentro de los repositorios institucionales existentes se debe trabajar fuertemente en la visibilidad internacional. El motivo de esta carencia se debe en parte, al trabajo que implica el protocolo OAI dentro de los programas libres existentes; así como en los desarrollos locales es un ítem más a trabajar y, lamentablemente, no está en las prioridades de los informáticos. Tanto para las instituciones que trabajan con programas libres como para aquellas que lo generan, es necesario sumar esfuerzos construyendo masa crítica que adquiera experiencia para mejorar y adaptar el soft a las necesidades. Otra exigencia es la descripción de los datos utilizando formatos estándar vigentes.
Por lo expuesto, es claro que las instituciones de enseñanza superior argentinas no le están dando la importancia que el tema requiere. Así lo demuestra la presencia de repositorios en sólo 3 universidades nacionales. A los gestores de información les toca el rol de activar y concientizar a investigadores y autoridades sobre la relevancia de poner a disposición la producción científica del país.
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